UN VERMÚ CON...

Un vermú en La Gallina es una sección dedicada a conocer a los habitantes de La Gallina y sus alrededores. Porque un barrio es mucho más que un conjunto de calles y edificios, un barrio lo hace la gente que habita en él.  ¿O creías que en Nervión no había gente interesante?



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UN VERMÚ CON... MANUEL MACHUCA, FARMACÉUTICO Y ESCRITOR (Septiembre, 2015)

 

Manuel Machuca es farmacéutico de profesión y convicción, que regenta la farmacia situada en la calle Marqués de Pickman. Escritor también que ha publicado dos novelas "Aquel Viernes de Julio" sobre el estallido de la guerra Civil en Sevilla y "El Guacamayo rojo" sobre la emigración. Su última novela [aun sin publicar] está ambientada en el barrio de las 3.000 viviendas y fue finalista del premio Ateneo 2015.



¿Cuántos años lleva tu farmacia observando Nervión?

Esta farmacia la abrió mi madre hace 51 años. De chico venía en las guardias de mi madre a jugar en la puerta porque mis padres no tenían con quien dejarme. Luego estuve trabajando aquí y en otra farmacia que tenía mi padre, que también era farmacéutico. Y cuando mi madre se jubiló en 2005 yo regresé para hacerme cargo. 

Una farmacia es un verdadero termómetro de la vida de una ciudad ¿Qué cambios destacarías de todo ese tiempo del barrio?
Pues lo recuerdo como un barrio joven con un bullicio comercial brutal en la zona de Marqués de Pickman. Decían que era la mejor calle comercial de Sevilla, pero desde que abrieron el Corte Inglés en Nervión la calle fue decayendo. Y en los últimos años yo destacaría el mestizaje y la diversidad, por ejemplo las avenidas de Cruz del Campo y Ciudad Jardín son como un eje de fractura social, y ya la gran fractura la marca la Ronda del Tamarguillo. Nosotros en la farmacia siempre hemos tenido clientes de un lado y otro 


¿Crees que sería una mejora la peatonalización de la calle?
Sí creo que sería positivo, porque la peatonalización a la larga humaniza. Aunque el gremio comerciante es muy conservador. Yo recuerdo los carteles en la calle Tetuán de “no a la peatonalización” con lo que es hoy día la calle Tetuán. Aunque es cierto que pocos comercios han quedado hoy día de aquellos que existían entonces, ya que las grandes superficies arrasaron con la calle. Así que igual algo de razón tenían los comerciantes. Pero Marqués de Pickman necesita una revitalización, por ejemplo, el mercado de abastos está tristísimo. 


Y siguiendo un poco con los cambios sociales que observas desde tu farmacia... en el mundo que vivimos qué se vende más, ¿Paracetamol o preservativos?

Paracetamol, sin duda. Nosotros antes comprábamos cantidades industriales de preservativos y ahora apenas los vendemos. Creo que porque ya la gente ha perdido el miedo a comprarlo en otros sitios...antes se temía que te lo vendiesen pinchado si no lo comprabas en la farmacia, y ahora ya se ve como algo mucho más natural. Pero es curioso como las cosas que más se vendían entonces no son las de ahora, por ejemplo las aspirinas, que antes comprábamos cajas de 100 en 100 cada mes y en cambio ahora se venden un par de cajas al mes. O las pastillas juanolas. Todo va cambiando. Ahora lo que más se vende es paracetamol y omeoprazol. 

En tu primera novela publicada “Aquel viernes de julio” aparece reflejada esta zona de Nervión como una zona de casas de señoritos para el ocio, las juergas y los amoríos. ¿Fue así de verdad?
Sí, sí. El otro día por ejemplo, vino a la farmacia una vecina de 80 años que se la había leído y me dijo que había retratado muy bien la Sevilla de aquella época. Todo esto era una zona de chalets unifamiliares, de los que aún quedan algunos, y era una zona muy discreta ideal para las juergas. De hecho Ciudad Jardín también era una zona de “queridas”. Hombres que venían de Sevilla que tenían aquí a mujeres con las que tenían hijos aunque no le pusieran sus apellidos. Aún viven aquí mujeres de 80 años con hijos que tienen sólo sus apellidos. También era una zona de prostitución, y en fin una zona de superar esa doble moral que daba mucho la religión católica.
¿Cómo te documentaste para escribir el libro?

Como vengo de la investigación, me gusta mucho documentar las cosas y me preocupa mucho llevar un seguimiento estricto y que nadie me diga luego que algo no era así. La idea de “Aquel viernes de julio” surgió en una conversación con dos personas mayores en la farmacia, y a partir de ahí les invité a hacer meriendas en mi consulta con una grabadora, para que me contaran sus vidas. Después leí muchos libros, tanto novelas como libros sobre La Guerra Civil en Sevilla, y también hablé mucho con un historiador, Juan Ortiz Villalba, profesor del instituto Herrera y que es quien ha escrito el mejor libro sobre la Guerra Civil en Sevilla. Me encanta esa fase de documentarme, te hace tener un cariño especial a todo lo que tocas. 

Y a tan sólo unos metros de aquí estaba la cárcel de La Ranilla, donde retuvieron a cientos de presos políticos de la Guerra Civil. En las oficinas que han quedado sin derribar estaba previsto situar un museo de la Memoria Histórica. ¿Te parece que aún hay mucho que contar sobre esos años de guerra y de posguerra?

Seguro. Lo ves en cada historia que te cuentan las personas. Todavía hay mucho que contar y además sería absolutamente saludable, independientemente de que no se vaya a meter en la cárcel a nadie porque los que puedan estar vivos aún tienen una edad que el mínimo decoro te impide ya meterlos en la cárcel. Porque la cárcel no tiene que ser un sitio de venganza sino de reconversión. Aunque sí hay cierto temor a que se conozcan las cosas. Me pasó por ejemplo que cuando publiqué “Aquel viernes de julio” me llamó una señora que resultó ser la sobrina de uno de los que aparecía en la novela y me recriminó que hubiese sacado a su tío en la novela, y eso que era una persona que no hizo nada malo, era médico y estaba afiliado a la UGT, y lo detuvieron y lo fusilaron sólo por eso. A pesar de ser una figura que los lectores verían como un mártir o un héroe, la mujer no quería que apareciese su historia. También en una presentación una chica me confesó que era sobrina nieta de uno de los carniceros, el que borracho decía quién moría y quien no moría en Sevilla, y que ellos ahora sentían mucha vergüenza de que esa persona hubiese sido parte de su familia. También hay mucha gente que no sabe donde están sus muertos...y yo creo que eso nos dignificaría como país. 

Farmacéutico, profesor, investigador, escritor... ¿Cuál será la siguiente profesión a la que se lanzará Manuel Machuca?
(Risas) También he sido camarero, entrenador de remo, cooperante en Ruanda... Lo que me ha quedado el gusanillo es que yo creo que con lo buen mentiroso que soy sería un buen actor...yo siempre digo ¿por qué no? 


Tal y como se lee en el cartel de tu farmacia, has creado un espacio diferente, donde no sólo puedes comprar pastillas y tiritas, sino donde puedes leer, comerte una manzana o asistir a una tertulia. ¿Cómo está reaccionando la gente a esta iniciativa?

Pues con mucha curiosidad, perciben que están entrando en un espacio diferente, aunque aún es pronto para percibir los cambios, de momento descoloca y aún no sé por dónde puede salir. Fomentar la lectura va a ser complicado, el tema de las manzanas por ejemplo, al estar al lado de los caramelos, todos tienden a coger los caramelos. Yo es que no puedo hacer cosas en las que no creo. El farmacéutico de hoy en día no debería tener unos honorarios en función de cuántos medicamentos venda, sino de determinadas actuaciones profesionales, como hacer los seguimientos de los tratamientos farmacológicos de los pacientes para verificar que no haya reacciones adversas, que el paciente se lo esté tomando adecuadamente... esto ahorraría costes económicos a la sanidad y sobre todo costes para la salud del paciente. Supondría desmedicalizar a la población, porque hay medicamentos que son super consumidos que son aterradores, como los antidepresivos. La sociedad necesita un profesional del medicamento pero que esté de parte de la sociedad, no de la industria farmacéutica. 

Está claro que tu farmacia es diferente
Yo es que llevo 20 años en eso. Me he formado en EEUU, he dado cursos desde Polonia a Chile fomentando esa línea, y yo creo que es el camino por el que debemos ir.

¿Es Nervión un barrio algo analfabeto en cuanto a cultura se refiere?

Vuestro café ha supuesto una apuesta muy arriesgada y revolucionaria en el barrio. Muchas veces la gente no sabe que lo que le puede hacer feliz lo tiene al lado. Puede que os sintáis solos y que sea dificil, pero creo que en un año habéis conseguido mucho.
Nosotros estamos muy contentos con tu iniciativa

Claro, lo interesante es que se vayan haciendo más cosas, porque es crear sinergias, que se vaya animando más gente a hacer cosas en esta línea.

Cuéntanos cómo fue tu primera vez con La Gallina ¿por qué entraste? ¿qué te atrajo? ¿Qué encontraste de bueno para volver?

Siempre me da rabia no poder pararme al cerrar la farmacia un rato por aquí, pero como no vaya a casa los mam... de mis hijos no sacan al perro (risas).
Pues la primera vez creo que fue de la mano de Rocío y Beto. Recuerdo que un día vino Rocío a la farmacia y me dijo -Han abierto un sitio aquí que se llama La Gallina en el Diván, y queremos ir a ofrecerles un ciclo poético ¿Tú que opinas?- 


Eso te pasa por poner en tu puerta el cartel de “Consulta”
Sí (risas). Yo les dije que claro, que había que intentarlo. Yo había participado en el ciclo que habían organizado el año anterior en el centro, en El Rincón del Buho. Y cuando vine me pareció un sitio fantástico, porque esto es un poco como mi sueño. Cuando he dado clases en Buenos Aires, suelo alojarme cerca de un sitio maravilloso, un restaurante-librería que se llama “Clásica y moderna” y es de una hija de emigrantes catalanes. Yo siempre he pensado que mezclar el tema de los bares, con lo que nos gustan en Sevilla, con el mundo de la cultura significa atraer a la gente a la cultura. Es muy significativo por ejemplo una frase que decimos mucho en Sevilla “el bar donde yo paro”, que es como tu sitio de referencia.


Justo ésa iba a ser nuestra siguiente pregunta. ¿Cuál es el sitio del barrio donde te gusta parar? 
Depende del momento. Si es para relajarme con amigos o hacer algo cultural el vuestro. Si es para tomarme un café con un comercial de la farmacia, pues La Torre que lo tengo cerquita.
La Torre me encantaba antes cuando estaba Eduardo en la cocina, que era un artista y siempre estaba investigando.

Ahora una tanda de preguntas rápidas:

¿Vino o cerveza?

Las dos. Cada una en su momento 

¿Gimnasio o pasear al perro?

Pasear al perro...y mira que he hecho deporte, eh? 

¿Hermandad de la Sed o Sevilla F. C.?

Sevilla F.C 

Libro que nadie debería leer

Buff (risas) todo aquel que saca lo peor de nosotros mismos. Por ejemplo el de “40 sombras de Grey”, que hace una instrumentalización del sexo. Pero las personas tenemos que ser adultas para elegir lo que leemos. A mí por ejemplo no me gusta escribir con moralinas, me gusta que en el encuentro con el lector, él sea quien saque sus propias conclusiones, no soy yo quien para decirle lo que está bien y lo que está mal.
Ésta era una pregunta rápida ¿eh? (risas)
Sí, yo estaba pensando eso, dios mío cuánto hablo (risas) 


Tu sevillano ilustre favorito

Pues por ejemplo Manuel Chaves Nogales, me parece que ha sido uno de los periodistas más grandes que ha dado Europa y es una persona que ha estado oculta hasta hace muy poco. Es de la Sevilla que caldea a todo el mundo, tuvo que huir de España porque los fascistas lo querían matar, pero es que también lo querían matar los comunistas, porque aunque él era profundamente republicano creía que La República había traicionado los principios por los que se creó. Me gusta mucho ese tipo de persona independiente, que persiste sin ser obcecado en lo que cree que éticamente es lo correcto.

Si Nervión fuese un libro ¿qué título le pondrías?

Esto es Nápoles” que fue una frase que me dijo un amigo mío cuando vino de visita (risas) 

¿Y si fuese un medicamento?

Sería un antidepresivo pero de los de verdad.

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UN VERMÚ CON... VÍCTOR FELIX RÍOS, CANTANTE DEL GRUPO COPPERMINE
(Agosto 2015)

El grupo Coppermine ha resultado ganador del certamen Rock Desencaja 2015, programa de Arte y creación de Andalucía.
Víctor, vocalista de Coppermine, nació y se crió en Nervión, barrio al que ha regresado tras unos años en Nerva, donde nació el grupo.

(Antes de comenzar a leer, te recomendamos darle al play a su disco en spotify y dejar que suene de fondo mientras nos acompañas en nuestro vermú con Víctor )


Bueno Víctor, ¿por qué Nervión y no Arkansas o Memphis?
Porque... mis padres compraron el piso aquí, cosas de la vida (risas)

¿Pero si hubieras podido decidir?
No, no, me hubiera quedado aquí, no conozco Arkansas...me gustaría conocerlo...¿Arkansas dónde está? ¿En qué salida de la SE-30?(risas)

¿Qué crees que pensarán en este barrio con tanta tradición y pasión por el flamenco y la Semana Santa cuando descubran que aquí vive un gran cantante y compositor de country-folk?
Pues no sé si quizás no se van a creer que soy de aquí...y si me ven con estos pelos quizás menos...No, pero por la experiencia que tengo con la gente que no suele escuchar este tipo de música, les entra bien, creo que nuestra música es asequible a todos los oídos.
Como los libros de Paulo Coelho
No me jodas (risas)



Tu actual grupo Coppermine (minas de cobre) se crea en Nerva (Huelva). ¿de qué manera ha influido el carácter minero en vuestra música?
Sí, yo creo que sí tiene que ver. No tanto musicalmente, pero sí en la esencia. Verás, el paisaje es muy distinto al del resto de Andalucía, que recuerda a paisajes áridos de Estados Unidos. También tiene que ver lo fronterizo de la zona, el haber sido una zona de mucha inmigración y el carácter fuerte de los que se consideran de allí

Sí, está claro que también influyó la población inglesa que dirigía las minas. Nos contaste de un bar que había allí...
Sí, un bar que tenían los ingleses con una placa en la puerta que ponía “Man Only” para que no entrasen las mujeres...y que acabó siendo “el Manoli” (risas)

En casi todas las entrevistas que te han hecho te suelen comparar con Jonhy Cash o Elvis, pero ¿cuál ha sido la comparación musical más absurda que te han hecho alguna vez?
Absurda no... pero me han comparado con gente que no conozco.
Y tú has dicho que sí, claro.
No, les he dicho que me lo pasen para escucharlo. Pero vamos, lo de Jonhy Cash da vértigo, realmente me abruma

¿Qué te costaría más, componer en castellano o dejar de usar camisetas negras?
Creo que componer en castellano
Sí, ya nos hemos enterado por ahí que te has comprado una camisa gris
Sí, de rayas, superbonita (risas)



Moverte en el mundillo de la música tiene sus ventajas y desventajas ¿Nos cuentas un pro y un contra?
La parte que me agrada es encontrar gente afín, que puedas compartir gustos, experiencias. Y lo que me molesta, que tiene una parte muy elitista...hay mucho tonto, gente que se endiosa y que me parece que tienen más fachada que otra cosa. Importa mucho de quién eres amigo.

Acabáis de ganar el premio Desencaja Rock de Andalucía y no paráis de tocar en festivales, sin embargo sois unos auténticos desconocidos en el barrio en el que has vivido toda la vida.
Pese a los esfuerzos de La Gallina de poner el disco todos los días (risas)
Si te propusieran dar un concierto en Nervión ¿En qué lugar emblemático te gustaría que fuera?
Pues la verdad que elegiría un concierto íntimo en La Gallina
Claro (risas)
No, lo digo porque realmente es el único sitio que tengo afinidad.
Bueno, sí, pero un sitio emblemático...imagínate que La Gallina no existe... los Beatles tocaron en una azotea, ¿dónde tocarías tú?
Pues en el recinto de la antigua cárcel, porque lo veía desde mi balcón

Te has adelantado a nuestra siguiente pregunta. Porque sabemos que vivías en la séptima planta de un edificio con vistas a la cárcel de La Ranilla y queríamos preguntarte qué recuerdos tenías de esto
Pues recuerdo cuando abrieron el centro comercial de Los Arcos y esa avenida era un bullicio constante, y justo al otro lado de mi bloque de pisos estaba el patio de la cárcel, y era un constaste superfuerte. Recuerdo por ejemplo cómo los domingos por la mañana me despertaba el megáfono de la cárcel al llamar a los familiares. También recuerdo los bares de alrededor de la cárcel, cómo se llenaban con la gente que a lo mejor habían salido de permiso... y ese ambiente taleguero me llamaba la atención. De niño me inspiraba cierto temor, pero ahora lo recuerdo como algo curioso y hasta entrañable.

Sí, porque la cárcel la cerraron hará ya unos 15 años. Y ahora qué te parece?
Me hubiese gustado que no derribaran la mayor parte del edificio, aunque está bien que se vaya a hacer un parque y que se haya construido un centro cívico y una comisaría.

Y volviendo a La Gallina ¿Cómo fue tu primera vez en La Gallina? ¿Por qué te atreviste a entrar? ¿Y qué te ha gustado para que hayas repetido?
La primera vez entré porque me trajo una amiga gallega
Este barrio es multicultural (risas)

Y aparte de La Gallina, ¿nos puedes decir un local del barrio donde te gusta parar?

Pues me encantaba tomar cervecita en un bareto pero cambió de dueño y ya no paro tanto. Ahora quizás uno de mis sitios preferidos el restaurante chino...el que la gente dice “el chino, chino” de Marqués de Pickman

Sabemos que tu otra pasión es el mundo audiovisual ¿Podrías recordar una fotografía que tomaste que le tengas especial cariño? ¿Alguna en el barrio?
Tengo dos. Una que hice de niño paseando con mi padre por Marqués de Pickman cuando montaban un mercadillo, mi padre me dejó su cámara y luego tenía la foto que yo había hecho en su estudio. Y esa foto la perdí. Y después hay otra que hice de las antenas desde un balcón, hecha con el móvil

Y ahora unas preguntas rápidas, tipo la SuperPop.
Aquí es donde me das miedo (risas)

Un color

Verde. Iba a decir negro, pero verde
Bien, un avance para ti (risas)

 
Un grupo que te avergüenza reconocer que escuchas
Falete...pero es que no me avergüenza, a mí Falete me parece brutal en algunas cosas y me parece un personaje interesante.


Palo de flamenco o palo de selfie
Flamenco, aunque no soy muy entendido...pero selfie nunca


Un piropo que te hayan dicho
Me preguntaron que de dónde había sacado esos ojos tan bonito...y dije que venían con la cabeza 


Para terminar, si Nervión fuera una canción ¿qué título tendría?
Return to the city




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