Estrenamos letrero

Estrenamos letrero! 
Y con él se empiezan a notar los cambios en el local. 
Quien haya sufrido unas obras, sabe que hay una primera fase en la que parece que nada avanza por más que hagas y hagas...

Pero por fin estamos entrando en la 2ª fase, en la que de vez en cuando te paras a descansar un poco, miras a tu alrededor, y te aparece una sonrisa bobalicona en la cara.

Si ya teníamos a los vecinos muertos de curiosidad por saber qué se va a abrir en ese local...ahora que pueden leer el nombre creo que están más intrigados que nunca. 

Me da que voy a tener que explicar el por qué de ese nombre muuuuchas veces de aquí en adelante. Así que voy a intentar ahorrarme alguna que otra haciéndolo por aquí.

Cuando surgió la idea de crear un espacio así, me gustaba imaginar cómo sería, y en esas ensoñaciones pensé que me gustaría poner en él un diván, como guiño a la profesión que dejaría atrás. 

Tras dedicar tantos años a estudiar y trabajar en el campo de la Psicología, sentía la necesidad de dar un giro radical en mi trayectoria, y aunque parezca tonto, no fue fácil de aceptar. Supongo que cuando decidí empezar en la Psicología lo hice creyendo que moriría siendo psicóloga, y ahora me saboteo a mí misma para montar un café-cultural. Pero hay que seguir los deseos y las necesidades de cada etapa de nuestras vidas, no?

Para darle vida a mi diván y que no fuera un objeto inanimado quise tumbar en él a un personajillo, y sí, decidí que fuese una gallina.
De niña pude disfrutar de una de las mejores locuras de mi padre: tener un gallinero y un huerto en la azotea en pleno barrio de Triana. Adoraba recoger los huevos recién puestos, darles de comer de la mano... ¡Si hasta les pusimos nombre a cada una de ellas!

¿Os imagináis qué de locuras y disparates puede salir del pico de una gallina que va a un psicoanalista? Pues todas esas cosas son las que pueden suceder en LA GALLINA EN EL DIVÁN: Un espacio para la imaginación y la creatividad.

Y ésa es la historia del nombre...¿Qué te parece?